¿Y qué le sigue a una advertencia equivalente a un disparo sobre la proa del régimen, como esta toma ciudadana de la capital?
En una confrontación bélica de no cambiar de curso la otra parte, o no detenerse, solo cabe dispararle debajo de la línea de flotación. O sea hundirlo. Eso es claro en una confrontación armada pero en el caso nuestro, ¿qué le sigue a la oposición venezolana después de esta advertencia al régimen del 1 de septiembre?
Primero exigir un cambio de rumbo, o sea, que el régimen acate la constitución y que el revocatorio presidencial se celebre este año. Un régimen corrupto que no supera un 15% del apoyo popular, violador de nivel olímpico de los derechos humanos, carcelero de presos políticos y convertido en un narcoestado y crecientemente repudiado por la comunidad internacional, ha debido sentir el sonido del disparo sobre su proa.
Realmente fue un cañonazo representado por esos ciudadanos en las calles exigiendo pacíficamente el derecho a ejercer el revocatorio presidencial. A pesar de impedir el ingreso de periodistas internacionales para cubrir el evento y de expulsar a otros, entre ellos uno del Nuevo Herald, el mundo ha podido constatar el maravilloso espíritu cívico, democrático y pacífico de los venezolanos. Que hoy más que nunca merece el respaldo de la comunidad internacional en su lucha institucional por el rescate de sus derechos y de su libertad
¿Y qué acción puede tomar la oposición si esta exigencia no es acatada, como probablemente sea el caso?