José Daniel Ferrer y Félix Navarro, héroes de la patria

Pedro Corzo

Por: Pedro Corzo - 21/10/2024

Columnista invitado.
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El sistema carcelario de los regímenes castrochavistas es particularmente cruel y despiadado. Establecen condiciones de sobrevivencia tan miserables que se subsiste gracias a indoblegables valores morales y a la inquebrantable hermandad que genera la muerte en perenne acecho.

La alimentación es precaria, la atención médica inexistente y, aún peor, selectiva. El enfermo es atendido a partir de las instrucciones que dicta un funcionario que se rige por patrones políticos, no por la salud del enfermo. El hacinamiento es una regla, jamás excepción, y las visitas familiares sujetas a las veleidades de un esbirro, que las suspende arbitrariamente, además de las innumerables dificultades de la familia para asistir en bienes o visitar al recluso.

En estos países hay cárceles que sintetizan la maldad extrema del régimen, sin que el resto de las ergástulas sean hoteles de cinco estrellas.

En Nicaragua, la fortaleza del Chipote es con mucho la más espantosa; en Venezuela este miserable honor le corresponde al Helicoide; Bolivia no se queda atrás con prisiones de la colonia y en Cuba muchos son los centros carcelarios que pueden considerarse antesalas del infierno, además de ser tal vez el país con más cárceles y prisioneros políticos en el mundo, en relación con su extensión y población.

En las cárceles de todos y cada uno de estos países hay prisioneros que simbolizan la causa que los llevó a prisión. Personas de una entrega absoluta y coraje inmarcesible, siempre dispuestos al sacrificio extremo como fue Armando Sosa Fortuny, que murió en prisión después de haber cumplido 43 años de cárcel en dos etapas, muerte que se cierne sobre otras patriotas como Ernesto Borges, quien cumplió 26 años en la cárcel en julio último, y Miguel Diaz Bouza, quien extinguió su condena de 30 años de cárcel el pasado 15 de octubre y continúa tras las rejas.

En estos 65 años de castrismo, por las prisiones cubanas han pasado más de medio millón de presos, que han estado tras las rejas entre un día y 30 años. Además, muchas han sido las prisiones distinguidas como las más crueles y sádicas, entre ellas el Castillo de San Severino, La Cabaña, Puerto Boniato, Guanajay, el Reclusorio Nacional de isla de Pinos, Siete y Medio y Kilo Siete, mientras algunos prisioneros han sido referentes de la resistencia y capacidad de sacrificio, entre otros, Cari Roque, Pedro Luis Boitel, Mario Chanes de Armas, Roberto Martin Pérez y Amado Rodríguez.

En la actualidad hay al menos dos prisioneros políticos, entre una pléyade de hombres y mujeres en prisión, que en mi opinión simbolizan el compromiso de todos con la libertad y los derechos ciudadanos.

José Daniel Ferrer y Félix Navarro, dos opositores al totalitarismo que fueron encarcelados durante la Primavera Negra de Cuba en 2003, liberados en el 2011, negándose a salir al exilio, a pesar de estar conscientes de que volverían a prisión porque nunca cejarían en su empeño de que Cuba y los cubanos se liberaran del totalitarismo.

Ferrer, arrestado por última vez el 11 julio del 2021, intentó participar en las protestas cívicas que tuvieron lugar en toda la Isla, y desde entonces no ha dejado de sufrir malos tratos del régimen. Su familia denuncia los abusos que sufre, en particular el aislamiento extremo al que está sometido de forma sistemática como parte del plan de “enterrarlo en vida” de Raúl Castro y Miguel Diaz-Canel. De nuevo, en días pasados, se le impidió a su esposa visitarlo con sus hijos.

Félix Navarro se encuentra en la tenebrosa prisión de Agüica, en la provincia de Matanzas, una cárcel de muy mala fama desde los años 70, por lo abusivo que son los esbirros y las diabólicas condiciones de sus instalaciones.

Navarro, líder del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel y vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática en Cuba, también fue sancionado a nueve años de prisión por las protestas nacionales de 2021. Desde junio último, no recibe los medicamentos para la enfermedad crónica que padece, una práctica común de los esbirros del castrismo que trabajan en el sistema de prisiones.

Navarro y Ferrer no deben ser olvidados. Parafraseando una canción de Albita Rodríguez: “Ellos tienen el honor de haber nacido en Cuba y amar la libertad aplastada por los Castro y sus sicarios”.


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