Por: Carlos Sánchez Berzaín - 09/07/2023
Nada detiene las protestas populares iniciadas el 11 de julio de 2021 en Cuba al clamor de “libertad”, “abajo el comunismo” y “no tenemos miedo”, con “Patria y Vida” la canción convertida en lema. La llama de libertad encendida el 11-J crece y pone en evidencia los “crímenes de lesa humanidad” de los detentadores del poder con “terrorismo de Estado”, la inviabilidad económica, social y política del sistema de delincuencia organizada, su crisis terminal y el inexorable fin de la dictadura.
A dos años de su inicio, el 11-J se ha pasado de ser una masiva protesta popular a ser el proceso final por la libertad de Cuba. Es más vigente que nunca y avanza en el camino de la liberación con ayuda del fracaso absoluto e irreversible, el anacronismo, el dogmatismo y la naturaleza criminal del régimen.
La represión violenta contra manifestaciones pacíficas, los encarcelamientos ilegales con más de 1.100 presos políticos, el uso delictivo del sistema de justicia dictatorial con condenas infames a inocentes, asesinatos, tortura, exilio forzado y la migración forzosa, que entre otros actos de terrorismo de Estado ejerce la dictadura de Cuba, solo demuestran el valor el pueblo cubano, su definitiva decisión de recuperar la libertad y el inevitable fin de la dictadura.
Cuando el 16 de febrero de 2021 se lanzó en YouTube la canción “Patria y Vida”, un video musical de 4 minutos y 3 segundos, una canción grabada en La Habana y Miami, con 6 artistas cubanos, se planteó la “estrategia para la libertad de Cuba”. La dictadura lo entendió, le opuso “patria o muerte” y fue derrotada.
Un párrafo de “Patria y Vida”, hoy más vigente que nunca, lo demuestra: “Todo ha cambiado ya no es lo mismo. Entre tú y yo hay un abismo” “No más mentiras. Mi pueblo pide libertad, no más doctrinas” “Que no siga corriendo la sangre por querer pensar diferente. ¿Quién les dijo que Cuba es de Ustedes? Si mi Cuba es de toda la gente!” “Ya se venció su tiempo, se rompió el silencio……. ya se acabó la risa y el llanto ya está corriendo…y no tenemos miedos, se acabó el engaño…..son sesenta y dos (hoy 64 años) haciendo daño”.
Patria y Vida es solo la demostración más notable de la corriente generacional que ha puesto en evidencia el mayor fracaso de la denominada revolución cubana, el fracaso cultural. Desde hace años, generaciones de jóvenes nacidos y adoctrinados en el sistema castrista, proclaman la libertad y señalan los crímenes de quienes detentan el poder por la fuerza. Piden la terminación de la dictadura pacíficamente, lo hacen con música y con arte, con razones irrefutables, con pruebas contundentes de la realidad objetiva y son reprimidos, encarcelados, exiliados, torturados y asesinados.
La dictadura de Cuba es jefe del sistema de terrorismo de Estado -del miedo como método para detentar indefinidamente el poder- expandido por las Américas como socialismo del siglo XXI o castrochavismo, que controla las dictaduras de Venezuela, Bolivia y Nicaragua y que tiene gobiernos para dictatoriales en Argentina con Fernández/Kirchner, México con López Obrador, Chile con Boric, Colombia con Petro, Brasil con Lula, todos cómplices del sostenimiento del régimen cubano.
La urgencia de libertad para el pueblo de Cuba expresada a partir del 11-J, se ha convertido en un clamor universal que nadie puede ignorar porque suma y sigue por la valentía popular, la de presos políticos que están ofrendando sus vidas con huelgas de hambre, sus familiares y amigos que no cesan la denuncia, el pueblo que no deja de protestar, los pueblos del mundo solidarios, cada vez más organismos internacionales que denuncian y certifican los presos, la tortura y la infamia del régimen.
Grave omisión la de líderes, gobiernos democráticos y organismos internacionales que estancados en declaraciones y la política de atender solo los efectos no atienden la causa, no ayudan al pueblo de Cuba a terminar la dictadura, que es su obligación jurídica. Muy crítica la posición de los que contribuyen al sostenimiento de la dictadura de Cuba bajo pretexto de ayudar al pueblo cubano cuando en verdad prolongan su sometimiento y demoran su liberación. El caso de la Unión Europea y sus países miembros puede ser el más notable, sostienen la dictadura alidada de su enemigo que es Rusia en la invasión de Ucrania.
El fin de la dictadura de Cuba es inexorable porque no tiene pueblo, no tiene economía, no tiene narrativa y no tiene opciones. El repudio popular es total, la crisis es irreversible y su aparato productivo es solo terrorismo y esclavismo, la narrativa de la revolución cubana ha sido liquidada por la juventud cubana que lucha por la libertad, y no hay nadie que pueda mantener la dictadura parásita como lo hicieron la Unión Soviética y Venezuela entregada por Chávez a costa de su propia existencia.
*Abogado y Politólogo, Director del Interamerican Institute for Democracy
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