Ecuador, Trump y Petro, tres lecciones

Francisco Santos

Por: Francisco Santos - 16/04/2025


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Este domingo pasado, el candidato ecuatoriano de derecha Daniel Noboa derrotó por más de 10 puntos de diferencia a la candidata del socialismo del siglo XXI y marioneta de Rafael Correa, Luisa González. Esta elección y algunas de las cosas que Trump está haciendo en Estados Unidos dejan lecciones que la oposición en Colombia debe aprender.

La primera es la respuesta de la candidata derrotada. Obviamente no aceptó el resultado, habló de un fraude inexistente y de una dictadura. Lo mismo dice el presidente colombiano Gustavo Petro cada vez que no le salen las cosas como quiere o las cortes fallan en su contra, como sucedió esta pasada semana, cuando el Consejo de Estado le negó el uso de la televisión privada para transmitir sus consejos de ministros, lo que se ha convertido en un bastión de propaganda.

Petro, ante este fallo, dijo en Twitter: “Los asuntos públicos son públicos, no los censuren”, y además dejó entrever que esta censura proviene de unas cortes que no lo consideran presidente por ser progresista y porque su poder proviene del voto popular. Esto último concuerda con otros pronunciamientos como el que hizo ante la destitución que ordenó este mismo tribunal de un alcalde de su movimiento en Duitama. “Toda decisión será respetada, menos un golpe de Estado”, dijo Petro el pasado diciembre. Además, dejó entrever que hay una especie de golpe blando gestándose en las altas cortes.

Petro quiere y busca una ruptura con las instituciones democráticas para quedarse en el poder o imponer a su candidato. La oposición tiene que prepararse para un desconocimiento del resultado electoral en 2026 si su candidato pierde, lo que hoy es probable no pase, pues tiene al corrupto ministro Armando Benedetti a cargo de que eso no suceda. Hay que preparar todas las acciones posibles, aunque la primera debería ser una decisión de la Corte Suprema que saque del juego y encarcele, evidencia la hay, a ese ministro de la corrupción, quien funge de ministro del Interior.

El otro escenario es el de una ruptura democrática a causa de ese supuesto “golpe blando”. En esa instancia les va a tocar a los colombianos salir a la calle para evitar la dictadura, como en Bangladesh o en Sri Lanka, y a los empresarios parar la economía para generar las condiciones que eviten el fin de la democracia y de las libertades, incluyendo la libertad de empresa. NO se equivoquen, señores empresarios, esto puede pasar y deben estar listos para apoyarlo sin miramiento alguno. En Venezuela pensaron que el chaparrón pasaba y miren cómo están, incluyendo a los empresarios que de manera abierta o subrepticia apoyaron a Chávez. La oligarquía colombiana, usted, señor empresario, es el enemigo.

Vamos a ver cómo termina lo de Ecuador, pero la segunda lección es no tenerle miedo a la mano dura. Noboa claramente se enfrentó al narcotráfico y a la inseguridad, y el voto de apoyo es el respaldo a la lucha contra la criminalidad organizada. ¿Se acuerdan de 2002? No hay que tenerle miedo a la mano firme, como decía el presidente Álvaro Uribe. Colombia espera eso, pero de verdad y no como un discurso que utilizaron Santos y Duque para llegar al poder y que luego se desvaneció.

La tercera lección que da Donald Trump en Estados Unidos es la reforma a la burocracia estatal y a las normas que impiden el desarrollo de un país. Dos objetivos principales en Colombia, las licencias ambientales y las consultas previas.

En el tema de licencias ambientales, un ejemplo: la agencia encargada del tema paró toda la obra de la ampliación de la autopista Norte en Bogotá. Sin razón, fue una decisión ideológica con el cambio de Gobierno. Eso afecta millones de personas que viajan por allí y que demoran horas en llegar a la ciudad, para no hablar de las inundaciones evitables y la protección de los humedales que habían sido tenidas en cuenta en la propuesta que elevaba los carriles y mantenía la conectividad de los dos humedales afectados.

Lo mismo se puede decir de los proyectos de fracking que nunca se hicieron y que, la verdad, tienen también como responsables al presidente Iván Duque y a sus ministros de Minas y Energía. Hoy Colombia tendría reservas de gas y no tendría que comprarlo a un costo brutal en el exterior, aumentando el costo en un 25 por ciento a los ciudadanos de todos los estratos sociales del país. Licencias y consultas previas se utilizaron para no sacar este proyecto adelante, con el aval de dirigentes tibios que no enfrentaron, por el bien del país, a un sector minoritario que se oponía.

Las consultas previas, además, hoy son un negocio, pero es fácil arreglar este tema. Lo primero es volver a las comunidades socias de un porcentaje del proyecto que se consulta, una carretera o un proyecto de fracking, y este se va disminuyendo cada tres meses que el aval no se da. Y si en un determinado momento no hay acuerdo, seis meses o un año máximo, la consulta la aprueba el ministerio y la comunidad se queda con una parte mínima, pues perdió lo demás al dilatar la consulta, que es lo que hoy sucede para sacar más dividendos. Es invertir el incentivo.

Estamos a casi un año de las elecciones presidenciales. Preparémonos para lo peor, que si no sucede, mejor, pero no olvidemos que los Petro, Correa, Chávez, Ortega y Morales nunca quieren dejar el poder. Son dictadores o autócratas, y buscarán hasta el último segundo la manera de perpetuarse. No ser ingenuos, vuelvo y repito.

Posdata: Esta columna fue escrita y entregada antes de que Gustavo Petro se negara a reconocer el resultado de los comicios en Ecuador. Después no digan que no se les advirtió.

Publicado en semana.com miércoles 16 de abril de 2025



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