Por: Carlos Sánchez Berzaín - 09/06/2024
Las dictaduras del socialismo del siglo 21 o castrochavismo que bajo el mando de Cuba controlan Venezuela, Bolivia y Nicaragua, con su sistema de violación de derechos humanos y terrorismo de Estado, son narcoestados, centros de conspiración y de crimen transnacional que con narrativa antiimperialista han entregado soberanía e independencia a Rusia, convirtiéndose en sus plataformas que amenazan la paz y la seguridad de las Américas.
La invasión de Rusia a Ucrania marcó el inicio de la “Primera Guerra Global” que he definido como “el conflicto generalizado que compromete a todos los Estados pero en el que la confrontación armada está limitada a áreas y entre partes específicas, en el que no hay neutralidad y del que ningún estado está excluido”. En una guerra mundial la confrontación armada es generalizada, en la guerra global la lucha armada está limitada pero no existe ningún estado que sea imparcial, todos tienen participación económica, política, social, comunicacional y tecnológica en un conflicto que en el mundo globalizado no permite la exclusión de nadie.
La guerra global actualmente tiene como frentes activos la invasión de Rusia a Ucrania, el conflicto en Gaza consecuencia del ataque de lesa humanidad de Hamas contra Israel y los ataques de los Hutíes, el grupo rebelde de Yemen apoyado por Irán que ataca barcos comerciales que navegan por el Mar rojo y el Canal de Suez, por donde pasa el 12% del comercio mundial. Hay zonas calientes como la de las dos Coreas, las de China contra Taiwán y Filipinas, a las que hay que agregar la de las Américas amenazadas por las dictaduras del socialismo del siglo 21 subordinadas y al servicio -en diversos grados- a Rusia, China e Irán.
La Primera Guerra Global que vivimos expresa el eje de confrontación entre dictaduras y la democracia. Las dictaduras son las que perpetran las invasiones, los ataques armados, el terrorismo, las que amenazan y usan la violencia interna e internacional que es su mecanismo fundamental. Las democracias permanecen a la defensiva, a veces inermes, fundadas en sus principios y valores pero fuertemente penetradas por los mecanismos económicos, políticos, comunicacionales y tecnológicos de las dictaduras.
No se trata de una repetición de la “Guerra Fría” que “fue el conflicto por la supremacía del mundo y la imposición del modelo político, económico, ideológico y cultural del comunismo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y el capitalismo de Estados Unidos de América (EEUU)”. En la Guerra Fría la URSS y EEUU eran las potencias indiscutibles en un mundo bipolar que aunque nunca se enfrentaron militarmente en forma directa tuvieron frentes de guerra indirecta o guerras subsidiarias que incluyeron guerrillas. En la actualidad los dos grupos -dictaduras y democracia- tienen mandos difusos y competitivos aunque coordinados en función del enemigo común como lo prueba el eje dictatorial global de Rusia, China, Irán y Corea del Norte.
En las Américas, las dictaduras tienen jefe y es Cuba que controla los regímenes de Venezuela, Bolivia y Nicaragua incluyendo su política interna y exterior, con influencia directa en gobiernos que establecen en países democráticos, son “para dictatoriales” que sirven a las dictaduras. China e Irán, que son los principales aliados de Rusia para sostener la invasión a Ucrania, también usan a las dictaduras de las Américas como sus plataformas.
La dictadura de Cuba fue un satélite de la URSS y su base de agresión contra las Américas y parte de África en la Guerra Fría, y en la Rusia de Putin en una prolongación de su dependencia por la formación de los jefes castristas y el desesperado estado de miseria a la que la dictadura ha llevado al pueblo cubano. Cuba ha pasado de ser una base soviética a ser la principal plataforma de la dictadura rusa y ahora eleva la amenaza contra la paz y seguridad regionales con “ejercicios militares de Cuba y Rusia en el Caribe con tres buques de guerra y un submarino rusos”. Miles de cubanos han sido integrados a las fuerzas rusas en la invasión a Ucrania, la represión interna en Cuba está sostenida por equipo y entrenamiento rusos.
Venezuela tiene instalaciones militares operativa rusas como se demostró en 2019 cuando se estableció el “Gobierno Legítimo de Venezuela” y Rusia movilizó personal militar para respaldar al dictador Maduro. Nicaragua está equipada y la dictadura entrenada y sostenida por equipo y personal rusos, al punto que este 6 de junio informaron que “representantes de Nicaragua y Rusia revisaron en Moscú los programas de cooperación, formación e intercambio en el ámbito técnico-militar”. Bolivia dictatorial bajo dirección de Cuba con Evo Morales pactó con Rusia un programa de energía nuclear como mecanismo para entregarle recursos estratégicos de litio, uranio y Luis Arce acaba de visitar a Putin “sellando el alineamiento de Bolivia con Rusia”.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy
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