Lecciones de Venezuela
Esta semana, asisti a un foro de altura, en el Inter-American Institute for Democracy con sólidos planteamientos académicos. Por lo que he escuchado, entre líderes de la oposición en Venezuela, más que cooperación hay competición, que, al fin y al cabo, lleva a la ineficiencia. De hecho, son síntomas de que una organización sufre de una competición tóxica cuando la comunicación está deteriorada, cuando hay obstrucción y falta de solidaridad, lo que alimenta la desconfianza en las verdaderas intenciones de los demás. Además, son síntomas de que hay una competencia dañina. Por eso, si los objetivos son claros, nobles y hasta inspiradores, pero en el bus se encuentran los pasajeros equivocados, nunca se llegará a la meta. Entiendo que en el bus de la oposición en Venezuela no están los pasajeros que se necesitan y tampoco está clara la meta, la única esperanza y solución es despertar la valentía de un liderazgo inteligente y efectivo para bajar del bus a quienes no deberían estar allí y reconformar al equipo.