Quienes no tienen nada que decir y lo dicen muy mal
¿Debe una sociedad tolerante permitir a fascistas como Steve Bannon o socialistas como Alexandria Ocasio-Cortez el derecho a diseminar ideas? En la práctica actual de libertad de expresión hemos adoptado una doble moral. Las opiniones totalitarias derechistas (ejemplo, fascismo) no se toleran, pero las izquierdistas (ejemplo, comunismo) se permiten. Revisemos entonces, los hechos históricos de “democidio” por regímenes fascistas y comunistas. Democidio, o muerte provocada por el gobierno, es un término útil introducido por R J Rummel para definir “el asesinato intencional de una persona armada o desarmada por agentes gubernamentales actuando en su capacidad dictatorial y conforme a políticas gubernamentales u órdenes superiores”. En una sociedad liberal el Estado de Derecho debe proteger incluso creencias odiosas. Quizás la manera más consistente de manejar la paradoja de la intolerancia es no mostrar intolerancia ante opiniones que nos incomodan, que difieren de las nuestras, o incluso que nos enfurecen. Debemos ser intolerantes solamente cuando esas ideas constituyan un claro e inmediato peligro a nuestro orden político. Mientras tanto, podemos decidir evitar esos políticos, celebridades y columnistas que no tienen nada que decir y lo dicen muy mal.